Ella había llegado al lugar donde él se estaba hospedando.Como cada cumpleaños de él, era un ritual encontrarse allí. Ya habían pasado cinco años desde que lo conoció en ese lugar. Él estaba festejando su cumpleaños cuando ella lo vio por primera vez, y de ahí solo el placer los unía.
Bajando los escalones se encontraba la pista de baile, con asientos de tapiz rojo, una luz tenue y una bola de espejos que daba vueltas sobre la pista entonando con la música, haciendo que uno se relaje.
Rukia observo a su alrededor y se ubico en un lugar visible, desde allí se veía la pista principal, entusiasmada con el ritmo de la salsa que se comenzaba a escuchar, su cuerpo comenzaba a moverse al ritmo hasta que una mano tibia tomo su mano invitándola a bailar.
Al levantar la vista se encontró con esos ojos azul verdoso que la miraban con lujuria, él tenia una sonrisa picara, esa sonrisa que la volvía loca. Ella respondió a esa sonrisa con su sonrisa mas hermosa. Se acomodo el vestido al ponerse de pie, aquel que quería meterse entre sus nalgas.
Ambos se movían al ritmo de la música, esas corazonadas que se siente cuando dos personas se atraen, sus ojos delataban sus deseos.
La forma en que bailaban parecía un cortejo de animales en celo.
Cuando él poso sus manos húmedas en su cadera, Rukia comenzó a sentir esa calidez que solo siente estando cerca de él. Ese vaivén de sus caderas prometía un nuevo encuentro, su piel se erizo en ese pequeño pensamiento.
Cuando se arrimaron una vez mas, ella lo abrazo, acerco sus labios a su oído y le susurro...
Rukia: "Feliz Cumpleaños, Kaien-dono ♥ " luego de beso. "Espero que siempre seas feliz"
Kaien: "Muchas Gracias Kuchiki. Sabes, tu siempre eres mi mejor regalo, agradezco al destino el haberte conocido. ¿Que tal si vamos a festejar mi cumpleaños como solo nosotros sabemos?"
La euforia se hizo presente en ambos. Rukia y Kaien abandonaron esa pequeña pista de baile privada, para pasar una noche joven que prometía ser eterna, entre tanto fuego.
*o* HERMOSO!!
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